Al llegar a la canilla de la calle Arenales, Antonio dobló la cintura para tomar agua de ella.
El florero derramado en el mantel. La muchacha ríe mostrando los labios mojados. El agua cae sobre los rombos de las baldosas…
Se endereza. Mira las quintas de legumbres, los techos de cinc, los parrales. El agua estaba fresca y no importaba haberse chorreado.
Los niños a caballo entraban al arroyo y seguían hasta lo hondo, mojándose las piernas, hasta que el animal alargaba el cuello y empezaba a bogar con las patas en la profundidad…
Me hamaco al caminar, las articulaciones se me aflojan y los hombros se me ensanchan. Es lo mismo que hacen las copas de los árboles.
En las esquina de Arenales hay un cartel que dice Félix Balmaceda. Se han cambiado las calles…o mi memoria. ¿Y el tanque…? Allá… con sus remaches, pintura de aluminio y también alquitrán. Todo en orden.
A lo lejos se queja de pronto una sirena de fábrica, como se quejaba tarde a tarde en el vestido floreado de Maruja, diciendo que la tarde está madura en lo dorado del verano. Tubos de metal sonoro. Tenor que fuma tabaco fuerte. Allí están, la casa de las tejas amarillentas, la de los arbustos, donde vivía aquella niña Margarita…El almacén de enfrente. –Doblo por la esquina- Ha de ser Castillo, o Puerto Nuevo…Seguir avanzando…
El caserío se aplanaba y ajaba, como se acurrucan las flores al anochecer dentro de su propio caliz. Conservado intacto en el olvido y ahora, al contacto con el aire perdiera el último resto de humedad que lo mantenía en pie. Habría que esperar, tal vez, el calor de la noche para que fermentara en él, de nuevo la embriaguez. Porque cuando el agua verde del florero, la luna pesadamente amarilla se levantaba tras los eucaliptos y de las ventanas abiertas asomaban las cortinas ondulantes.
¿Vienen por Balmaceda! –gritó Julián a sus compinches que corrían hasta la esquina para volver a atrincherarse mientras los sillones de la casa mostraban los hilos del tapizado bajo la descarnada luz eléctrica.
El muchacho supo que la verdadera tarde y la verdadera noche se escondían tras las fachadas de las casas. No le importó que aquellos frentes le miraran de esa forma impersonal cuando ya traspasaba la esquina de la calle Guimaraens. Sabía ahora que transitaba el último momento de la contención y que todo aquello, como una fruta madura, se iba a rajar y dejar fluir su abundante jugo. Caminó la última vereda despareja. Se detuvo frente a la puerta verde, bajo la copa del paraíso. Levantó el brazo y golpeó los nudillos en la madera…
Maruja tiene viso de franela
y camina por el dintel de la casa
mientras la luna lenta da vueltas,
para ponerse redonda.
Redondo redondel de luna,
sobre las azoteas y las ramas altas.
Cielo negro.
Azul y negro.
Maruja, ma bruja, las cortinas blancas…
Caminas por el cielo.
¡No te pinches en las estrellas!
Un plato se sopa con humo.
Un collar de perro negro.
Y las azoteas y las claraboyas
se levantan bajo la comba del cielo.
Maruja, ma bruja,
vuela,
como una nube de franela.
10 : MA BRUJA
most-recent
10 comentarios:
"Caminas por el cielo.
¡No te pinches en las estrellas!"
esto me parecio genial. un abrazo
Nubes de franela, ay de mis entretelas!
besos
Tenor que fuma tabaco fuerte...caminas por el cielo...nubes de franela... ¿realmente era tabaco?
Genial, brillante. Saludos.
Me encantó la poesia!
Un abrazo!
Un gusto,
gracias,
es hermoso verte snowboar entre nubes y estrellas , mientras haces malabares con las metáforas y las rimas.
un abrazo y gracias por comprender mi impotencia social.
en emprendido el viaje por tus escritos al revés...o sea del último
espero algún día ir por orden de aparición...pero laidea era identificarme o no con tu texto...increíblemente me comprço de una.....
hay energía...poética...cotidianidad por donde brotan las metáforas con un olorcito a costumbrismo y reflexiones de la filosofía en el bolsillo que es tan rica y promete pensamiento
un placer la lectura y seguiré de ven en vez...como los cruces causales sin continuidad pero con necesidad
cariños
surera en poesía y cuentera en nuestro río compartido ,aquí desde argentina
Estimado Bosco:
Encontrábame yo al pedo por estos blogs, cuando de repente me avivé que haciéndole clic a la palabrita Uruguay me aparecían todos los uruguayos que tienen blogs en blogspot, y de chusma nomás empezé a recorrer esa increíble cantidad de ochomil y pico de yoruguas blogueros y me encuentro de golpe y sin anestesia con tu amenazante pelada y con tu aún más asombroso nombre. BOSCO!!! me dije. Hay otro Bosco en la blogósfera!!!! Ahí me entró la duda de si será nombre de pila o apellido. Pero además, me empecé a dar cuenta de que escribís como la gran puta, tanto en joda como en serio y me dio un poco de vergüenza de las cositas que estoy colgando en mi blog, siendo yo un Bosco también, pero no tan bien escrebido.
Ahora me voy a poner a leer tus cosas, que dada tu prolífica obra, me va a llevar un tiempo de la gran siete.
Y le voy a contar a mis amigos.
Y te voy a poner en mis vínculos.
Un abrazo
Santiago Bosco
Buá...Yo vine atrás de Le Santi, luego de leer tu comentario allá, pensando incluso que a lo mejor eras pariente o que eras su alter ego, qué sé yo. LO único que leí es esto,y veo que hay un poeta metido en el pellejo del narrador, y también un narrador potente, pero no pude entender la trama porque viene de lejos. Te sigo leyendo. Date una vuelta por mi blog, si andás con tiempo. Saludos
Parece que alrededor del Santi revolotea gente con mucha sencibilidad que hace de esos comentarios que a uno siempre le gusta oir. No digo suertudo, porque se los merece.
Sobre este texto, un tanto oscuro no te voy a explicar nada porque sería como explicar un chiste, pero, si volvés a leerlo desde el principio, y yo me entero, sería un poco más feliz
Eres uno de los escritores de blogs más prolíficos cuyos caminos cruzan con el mío... Es increíble lo mucho que escribes, que no es nada malo, diría yo.
Saludos.
Publicar un comentario